sábado, 21 de diciembre de 2013

EL HIMNO COTIDIANO (Gabriela Mistral)


En este nuevo día 
que me concedes ¡Oh Señor!
dame mi parte de alegría
y haz que consiga ser mejor.

Dame Tú el don de la salud,
la fe, el ardor, la intrepidez,
séquito de la juventud;
y la cosecha de verdad,
la reflexión, la sensatez,
séquito de la ancianidad.

Dichoso yo si, al fin del día,
un odio menos llevo en mí;
si una luz más mis pasos guía
y si un error más yo extinguí.

Y si por la rudeza mía 
nadie sus lágrimas vertió,
y si alguien tuvo la alegría 
que mi ternura le ofreció.

Que cada tumbo en el sendero
me vaya haciendo conocer
cada pedrusco traicionero
que mi ojo ruin no supo ver.

Y más potente me incorporé,
sin protestar, sin blasfemar.
Y mi ilusión la senda dore,
y mi ilusión me la haga amar.

Que dé la suma de bondad,
de actividades y de amor
que a cada ser se manda dar:
suma de esencias a la flor
y de albas nubes a la mar.

Y que, por fin, mi siglo engreído
en su grandeza material,
no me deslumbre hasta el olvido
de que soy barro y soy mortal.

Ame a los seres este día;
a todo trance halle a luz.
Ame mi gozo y mi agonía:
¡ame la prueba de mi cruz!

2 comentarios:

  1. Muy hermoso, elocuente y actual. Que falta nos hace mirar nuestro entorno y entregar sonrisas antes que enojos o malas caras...

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